Hace
poco me terminé, por fin, el Zelda Skyward Sword. Y he de decir, por mucho que
me pese, que Nintendo tiene una seria crisis sobre cómo enfocar su juego a
nivel narrativo. Me explico.
Si
quieres contar una historia, tienes varias formas de hacerlo. Puede ser
graciosa, épica, puedes darle forma de cuento y muchas más. Pero me voy a
centrar en estas tres formas, porque este Zelda se queda en un quiero y no
puedo con respecto a las tres.
Quiere
ser épica porque estás contando una gran historia. La primera vez que Link se
enfrenta al mal y cómo surge toda la leyenda alrededor del personaje de gorro
verde y la princesa Zelda.
Quiere
ser graciosa, dándole toques de humor y expresiones coloquiales. Imagino que
con la intención de que al jugador le resulte una forma de hablar más cercana y
se sienta identificado.
Por
otro lado, quiere contarte un (gran) cuento donde muchas cosas suceden por arte
de magia y hay no pocas florituras: que si un baile para adornar una pequeña
ceremonia, que si un ritual para darte un objeto, etc.
El
problema, como he dicho, es que estos elementos interfieren entre sí. Os pongo
un ejemplo.
Hay
un momento en el que un dragón os tiene que enseñar un trozo de una melodía
para invocar a bla, bla. Lo que sea. Primero tienes que darle un jarabe, porque
tiene la garganta mala. Pues cuando se lo das comienza a dar brincos por el
aire como un loco y te suelta una frase tal como “es que a los dragones
MILENARIOS también nos pueden los achaques de vez en cuando”. Pues con esa
tontería te has cargado el que podría haber sido un momento épico del juego.
Huelga decir que el bailecito y las frases coloquiales sobran cuando vienen de
un dragón milenario. Un dragón que, por cierto, te trata de “campeón”
constantemente. “No está nada mal, campeón”…
He
de decir que no es la primera vez que le pasa a un Zelda. Los de la Nintendo DS
son simplemente horribles en este sentido. Porque este Skyward Sword al menos
sí tiene momentos de grandeza contra jefes grandotes, por ejemplo. Los de la DS
son un constante pitorreo, con personajes estúpidos que no aportan nada en mi
humilde opinión.
¿Tan
difícil resulta dejar los personajes “graciosos” y las florituras fuera de los
momentos épicos? Igualmente, tampoco hay que engrandecer un momento irrelevante
de la historia.
Pues
francamente, con el dinero que tendrá Nintendo, no debería ser difícil
contratar a alguien que haga bien este trabajo. Ahí tenemos otras historias
como la de Cómo conocí a vuestra madre, donde en un mismo capítulo puedes
hartarte de reír y luego de llorar por el giro de la trama.
¿Significa
esto que es un mal juego? En absoluto. Es solo que recuerdo cuando Saria te da
la ocarina de madera en el Ocarina of Time o todas las veces que tenías que
impedir que la luna se estrellara contra la tierra en Majora’s Mask. O en la
misma Wii, el Twilight Princess y lo bien diseñado que estaba el personaje de
Midna, con su arrogancia y sus complejos. Y con esto, llegamos al Zelda del 25
aniversario y bueno… digamos que defrauda.
Y
por cierto, a ver si hacemos monstruos que impongan un poco más, que algunos
dan risa.
Dejando
esto de lado, he de decir que el sistema de juego me ha gustado mucho. Se le da
importancia a cómo blandes la espada y hay monstruos a los que tienes que
atacar desde un cierto ángulo. Cuando consigues dominarlo, es un sistema muy gratificante.
Los
gráficos son bastante impresionantes, sobre todo con el efecto que emborrona
los elementos que están más alejados del centro de la pantalla o están lejos
del personaje. Son detalles, pero la verdad es que queda muy bien.
El
diseño de los niveles y mazmorras también es bastante entretenido. Aunque he de
decir que a veces se hacen un poco tediosos. Personalmente, también creo que el
mapa, a pesar de lo grande que es, se hace repetitivo. Creo que recurren
demasiado a zonas ya conocidas para que las vuelvas a recorrer con los objetos
nuevos, a ver qué encuentras.
Y
de la duración, qué decir. Solo llegar a las mazmorras es ya una mazmorra en
sí. Aquí apenas hay caminos rectos y lisos (una de las razones por las que no
tenemos caballo en este Zelda). Todo es montañoso, escarpado y con pasadizos y
desniveles. No es ni bueno ni malo, solo distinto. A mí me gustaba montar a
caballo por las llanuras y praderas, cosa que no se consigue recrear igual de
bien montando en pelícaro por los cielos (que por cierto, el control del bicho
ese a veces deja que desear).
En
definitiva, un gran juego a pesar de los defectos que tiene. Eso sí, no
esperéis un Ocarina of Time, porque no lo vais a encontrar. Es un buen juego de
aventuras que si no se llamase The Legend of Zelda, habría arrasado mucho más.
Pero si llevas un nombre como ese, hay que estar a la altura de las
circunstancias. Y no sabría decir si este Zelda lo está.